El sesgo expansivo que inició la Reserva Federal (FED) hace varias semanas con el primer descenso de tipos de interés ha sido finalmente secundado por el Banco Central Europeo (BCE).
Empecemos con los resultados:
La semana pasada quedó despejada una de las incógnitas de las que el mercado estaba pendiente: la estrategia de política monetaria del BCE. Así, la institución rebajó en 10 puntos básicos el tipo de interés de referencia, cumpliendo por tanto con la previsión del mercado; y, por otro lado, anunció la reanudación del programa de compra de activos (QE) por valor de 20.000 millones de euros mensuales, una cifra que, aunque quizá por debajo del consenso, no dejaba lugar a dudas de una clara intención de adelantarse a cualquier indicio de ralentización económica. Esta semana asistiremos también a la reunión de la FED, de la que se espera cumpla también con el guión y rebaje el tipo de intervención en 25 puntos básicos.
Las jornadas de subidas que hemos visto los últimos días en activos de renta variable, y el repunte de rentabilidades de los activos de menor riesgo, fundamentalmente bonos americanos y alemanes, han estado alentados por los recientes alardes de buenas intenciones de Estados Unidos y China, quienes manifiestan una cierta disposición a reanudar las negociaciones en octubre en un clima de menores tensiones.
Pese a todo lo anterior, creemos que el mercado sigue inmerso en un rango de precios del que será difícil salir salvo que se produzcan novedades significativas, tales como una confirmación de alcanzar un acuerdo comercial o un ritmo de expansión monetaria distinto del previsto. En breve además, empezaremos a conocer los resultados empresariales del tercer trimestre en Estados Unidos, lo que nos permitirá valorar el grado de penetración que la reciente desaceleración macro está teniendo en las cuentas, expectativas y planes de expansión de las compañías.
Seguimos muy de cerca los acontecimientos geopolíticos, esta vez relacionados con las tensiones en el golfo Pérsico tras los ataques a intereses petroleros de Arabia Saudí. Aunque nuestra exposición al sector no supera el 4%, deberemos valorar hasta qué punto este repunte del crudo puede quedarse en una reacción puntual o, por el contrario, podría consolidarse, dadas sus implicaciones sobre la inflación en el medio plazo.
Por ahora seguimos manteniendo una posición en renta variable ligeramente por encima del 40%, que fuimos incrementando las últimas semanas conforme el mercado depuraba la actitud beligerante de China y Estados Unidos. La velocidad de la subida y, por ahora, nuestro escenario base de un mercado lateral carente de noticias relevantes nos hace plantearnos reanudar coberturas y reducir algo de exposición.
Recuerden: si las letras del Tesoro ofrecen rentabilidades negativas, no hay retorno sin riesgo y, como siempre, “Tengan cuidado ahí fuera”.