Semana irregular en los distintos activos: las bolsas, -0,5% en Europa y +1,5% en EE.UU., marcando máximos históricos el S&P 500 cotizando por encima de 3.000 puntos; la rentabilidad de los bonos de gobierno sube: 5 pb el americano y 11pb el alemán, con la excepción del italiano que baja 14 pb; el petróleo sube un 3,3% y el oro un 1%. A destacar las declaraciones de Powell en el Congreso y el Senado y que el mercado ha interpretado como un sí clarísimo a la bajada de tipos en julio, de hecho el mercado le asigna una probabilidad del 23% a una bajada de 50 pb y una probabilidad del 77% a una bajada de 25 pb. Nosotros no dejaríamos de asignarle un 25% de probabilidad a que no baje tipos y espere a septiembre a tener más datos de la evolución de la economía americana, donde sigue habiendo signos de fortaleza por el lado del empleo y el consumo.
Empecemos con los resultados:
Por lo que respecta a datos macro, ha salido un buen dato de producción industrial en la Zona Euro, especialmente en Francia, y datos de inflación un poco más fuertes, especialmente en EE.UU. donde el ipc subyacente interanual alcanza un 2,1%.
Importante va a ser la publicación de resultados en las próximas semanas, donde las expectativas son muy bajas (crecimientos cercanos a cero), y donde esperemos que los resultados y las guías no sean peores de lo ya descontado por el mercado. Los múltiplos de PER actuales son altos y necesitan una expectativa de recuperación para el segundo semestre o, al menos, para 2020.
La exposición de la cartera a renta variable permanece a niveles de 30% y además tenemos puts compradas sobre Nasdaq y Eurostoxx que nos protegerán de una eventual caída durante el verano, algo no descartable al estar el mercado en máximos anuales (en EE.UU. máximos históricos) y no tener catalizadores alcistas a la vista.
Recuerden: si las letras del Tesoro ofrecen rentabilidades negativas, no hay retorno sin riesgo y, como siempre, “Tengan cuidado ahí fuera”.