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20/10/2016 AUTOR: null Estrategias

Alternativas para un mundo con tipos de interés al 0%

Alternativas para un mundo con tipos de interés al cero por ciento

Caben dos posturas ante la caída de los tipos de interés. Una, quejarse. Otra, buscar alternativas.

Tipos de interés cero significa que ni el banco ni el Estado te pagan —o incluso te cobran— por tus ahorros. Y si el Estado paga poco o nada en sus bonos, la alternativa, que son las empresas sólidas que emiten bonos, hacen lo mismo, ya que muchas de ellas tienen mejor calificación crediticia que el propio Estado.

Meterse con los bancos centrales no va a solucionar el problema. Queda muy bien en las tertulias, pero no le va a servir de mucho a la cartera del inversor. Se puede decir que en este escenario es más difícil el trabajo del asesor y del gestor, pero no que no se pueda hacer nada. Hay que gestionar.

Así que vamos a predicar con el ejemplo o, mejor dicho: con unos cuantos ejemplos.

Renta fija emergente o de países en desarrollo

No es toda igual de arriesgada. Por ejemplo, Australia tiene mejor rating que España y ofrece más cupón en sus bonos, tanto en los denominados en euros —sin riesgo de tipo de cambio— como —todavía más— en dólares.

El riesgo está en el dólar. En mi opinión es un riesgo muy bajo. EE.UU. está en “modo” subida de tipos, mientras que el BCE mantendrá por mucho tiempo su política acomodaticia. La situación de los precios en Europa —y muy especialmente la caída de la inflación subyacente— es una cuestión estructural que no va a cambiar hasta que la eurozona retome un crecimiento serio. Y eso va a llevar tiempo.

Otro ejemplo: Arabia Saudí. Lanza esta semana al mercado bonos en dólares con una rentabilidad entre 160 y 200 puntos básicos más que sus homólogos norteamericanos. Esto significa que el bono a diez años puede llevar un cupón cercano al 2%. Y del petróleo vamos a seguir dependiendo bastante más de diez años, lo cual significa que el riesgo de impago es nulo.

Los fondos de inversión, además de por sus ventajas fiscales, son interesantes porque hay un especialista que los gestiona. Y que cobra por ello. Tiene que saber elegir los bonos adecuados y utilizar los variados instrumentos de cobertura que ofrece el mercado para el caso de que aumente la volatilidad. El papel de los analistas es elegir fondos cuyos gestores realmente gestionen. Si ambos hacen su trabajo la “alternativa emergente” a la renta fija de los países avanzados es una realidad.

Luego están los plazos de la deuda. A más cortos, menos riesgo. Por eso el Tesoro español paga cero o incluso te devuelve menos de lo aportado en su deuda de corto plazo (en eso consisten los “tipos de interés negativos”). En un país emergente podemos prestar a una empresa o a un Estado en el corto plazo y recibir un cupón interesante a cambio.

Por lo tanto, la primera alternativa serían los fondos de inversión que invierten en renta fija emergente de corto y medio plazo con buena calificación crediticia, denominados en dólares o euros (dependiendo del perfil de riesgo del cliente).

Fondos que invierten en deuda a corto plazo en dólares

El euríbor a un año está en el -0,08%. Pero en EE.UU. el equivalente a nuestro euríbor ofrece un 1,60%. Y si la Reserva Federal sube los tipos de interés —lo cual es muy probable— ese 1,60% se puede convertir fácilmente en un 2%. Y si vuelve a subirlos, mayor todavía será la rentabilidad por la vía de los intereses.

Un fondo de deuda a corto en dólares es de los pocos productos financieros en los que la temida subida de tipos de la FED sería una buena noticia. Es nuestra alternativa número dos.

Dividendo de empresas “aburridas”

Todavía se puede obtener un 4% en forma de dividendo —o incluso algo más— en valores europeos que van a mantener ese dividendo en el futuro. No todos, ojo, hay que saber elegir. Sólo hablamos de empresas con negocios maravillosamente “aburridos” —y cotizaciones menos volátiles que la media—, como pueden ser la distribución de gas y electricidad o las concesiones de autopistas, por poner algún ejemplo.

El problema es, por supuesto, que aunque un valor sea sólido, pague un 4% anual en dividendos y vaya a seguir haciéndolo en el futuro, la mayoría de la gente lo que mira es la cotización, no el dividendo. Y ya sabemos lo que pasa con la cotización, que es inestable.

Mi consejo es el mismo que entonces: “sea abuela”. Mi abuela no sabía lo que era la volatilidad, porque compraba acciones para cobrar “el cupón”, no para obtener una plusvalía. Para ella la volatilidad no existía. Insisto: tampoco estará usted invirtiendo en una start-up tecnológica. Está siendo socio de empresas con modelos de negocio muy estables. No creo que sea como para perder el sueño.

Siempre he dicho que ganar dinero en los mercados es más cuestión de disciplina que de inteligencia. Si cree que puede mantener cierta disciplina, la opción del dividendo es mejor que la de cualquier bono. Entre otras cosas porque si algún día mejora la economía europea —y cosas más raras se han visto—, el dividendo podría incluso aumentar.

Víctor Alvargonzález
Director de estrategia

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