Wall Street sólo ve el lado bueno de las cosas y sube y sube al calor de los resultados de las compañías y de los indicadores. Poco importa que aún queden escépticos del rally que ha provocado un Donald Trump dispuesto a no perder la línea de campaña.
La reunión que hoy mantendrán éste y Theresa May tiene diferentes formas de entenderla y sensibilidades que puedan sufrirla con un PIB británico que aún crece. Pero seguro que (casi) ningún mexicano al que le preguntemos estará contento no ya con la construcción de otro muro, sino con la amenaza de tener que pagarlo por la vía de los aranceles, como así amenazaba ayer Trump.
Si bien los datos macroeconómicos que se publicaban ayer en EEUU no eran reflejo del optimismo, es cierto que la tendencia sigue intacta. Lo peor de ayer fue la lectura más baja en diez meses de la venta de vivienda nueva, uno de los clásicos altos en el camino que el sector de la construcción necesita cada cierto tiempo. Por el contrario, lo mejor fue la subida de medio punto porcentual del índice de indicadores líderes, buen presagio de cara a los próximos meses.
Europa también tenía razones para levantar la cabeza después de que se conociera que la confianza de los indicadores alemanes, medida por el Gfk, se colocaba de nuevo en máximos. Y cuando la locomotora aprieta, el resto de los vagones nos dejamos llevar. Aunque en clave doméstica era infinitamente más importante la EPA a cierre de 2016, que mostraba la menor tasa de paro desde 2009.
No íbamos a terminar la semana sin hacer una mención, por minúscula que fuera, a los bancos centrales. El fin de esta locura de cobrar por pedir prestado y creer que la política monetaria puede crear empleo está cada día un poco más cerca de extinguirse, aunque tenga que ser a fuego lento. Y es que además de que ayer Jens Weidmann (Bundesbank) atacara al QE del BCE que tanto está ayudando a distorsionar las curvas de deuda soberana de la zona euro, esta madrugada se publicaban unos datos de inflación en Japón algo esperanzadores. Claro que es Japón y la posibilidad de volver a caer siempre está ahí.
Buen fin de semana.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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