No hace muchos días aquí mismo alabábamos la tranquilidad del frente político, pero como tenía que suceder, todo cambia sin darnos tiempo a la reacción.
Las peticiones de dimisión en Brasil crecen al mismo tiempo que las sospechas de que Temer es ya cadáver político. En el Reino Unido Theresa May intenta convencer a sus votantes al afirmar que la factura del brexit es de salida y no de entrada, toda una novedad. Y aquí en España el estar alejados de las alertas de los inversores quién sabe si puede estar llegando a su fin a partir de ya mismo.
Pero también aquí nos hartamos de repetir que en los últimos meses los mercados no se han sustentado tanto en las promesas de políticos profesionales y outsiders como en los hechos contrastados. Ha sido la mejora económica generalizada la que más ha aportado al comportamiento de las bolsas. Sin embargo, también hay que reconocer que el calendario de indicadores de EEUU ha sufrido un frenazo, parece que temporal, que ha dado pie al presidente de la Fed de San Luis a decir que las expectativas de subidas de tipos podrían sufrir un revés.
Por otro lado están las historias para no dormir del petróleo. Haya recortes o no, cumplan todos o ninguno, o pase lo que tenga que pasar, se cumple lo normal, que dice que cada vez que el precio del barril cae más de lo que a la OPEP y amigos les interesa, toca salir a vender historias sobre la necesidad de renovar los compromisos de recortar la producción. Como siempre, escepticismo para empezar y prudencia para continuar.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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