Buenos días.
Poco a poco Alemania se va quedando como único estandarte de la fortaleza económica europea, perdiendo con el paso del tiempo a otros miembros del norte de Europa que tanto han abogado por la austeridad, mientras que por el sur aún siguen en pie los esfuerzos por formar un eje París-Roma-Madrid que le plante cara y que muy probablemente contaría con el beneplácito de otros Estados mediterráneos contrarios a esta doctrina.
Ayer conocíamos en Europa los PMI de servicios correspondientes al mes de abril y la lectura sigue la misma senda, mejorando ligeramente los datos anteriores pero sin terminar de alcanzar los 50 puntos que marcan la diferencia entre contracción y crecimiento, y también tuvimos las ventas minoristas del conjunto de la Zona Euro, que se situaron en la línea con lo esperado al caer un 0,1%. Y en esas Mario Draghi compareció en casa para volver a mostrar su clara predisposición a actuar si fuera necesario pero con un mensaje aún más contundente, ese que dice que el BCE no es la gallina de los huevos de oro y que obliga a los Estados del euro a proseguir con las reformas.
El cambio producido en el seno del BCE, junto con la ampliación de los plazos para la consecución de los objetivos de déficit a varios países, Holanda incluida, hace pensar en un cambio en esta materia, pero que no se engañe nadie, Merkel se somete a las urnas en otoño y Alemania es la que manda, con lo que habrá que contar con su apoyo guste o no.
A pesar de todos los discursos encontrados sobre la austeridad europea, la primera novedad del día nos ha llegado desde nuestras antípodas, al haber rebajado Australia los tipos oficiales en un cuarto de punto por primera vez en 19 meses, parapetándose en la fortaleza de su divisa. Aunque era un hecho esperado por el mercado, el recorte da fe de la situación económica mundial y de la suma de un nuevo adepto al grupo de bancos centrales que harán lo que tengan que hacer por no entorpecer la recuperación de la actividad.
Buen día,
Amílcar Barrios Vilallonga
Gestión de Carteras
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