Buenos días.
Entre bancos centrales sigue el juego. Si en la apertura de ayer la “agresividad” de la política monetaria del Banco Central de Japón animó a los activos de riesgo, llegando el Ibex a subir un 2%, el optimismo se fue apagando tras la comparecencia de Mario Draghi en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno del BCE, terminando finalmente el selectivo español en negativo.
Y es que los mercados parecían esperar a un Supermario que no llegó. En su lugar se sentó un pulcro Presidente independiente de las actuaciones políticas pero crítico con ellas: lanzó un mensaje de que el BCE no puede compensar la falta de acción de los gobernantes, y que la primera propuesta del rescate a Chipre —en la que se incluía una quita de los depósitos de menos de 100.000 euros— había sido “una decisión no inteligente y se corrigió inmediatamente”. Dijo “inmediatamente” donde otros verían un “torpemente”.
Así que, a pesar de ver riesgos a la baja sobre el crecimiento, mantuvo los tipos de interés de referencia sin cambios en el 0,75%, pero asegurando que la política monetaria de la institución continuará siendo acomodaticia tanto tiempo como sea necesario. De ahí que puntualizase que el debate sobre una rebaja de los tipos de interés entre los miembros del consejo había sido intenso.
Más cosas. La macro de EE.UU. que no gustó ayer, ante un dato de demandas de subsidios de desempleo mayor al esperado. Ello terminó de noquear las bolsas europeas, pero no pudo con Wall Street, cuyos índices se marcaron nuevas alzas.
No saltemos el charco aún, porque hoy la emoción vendrá de EE.UU. con la publicación del dato de mercado laboral de marzo: se espera que la tasa de paro permanezca estable en el 7,7%, con una creación de 190.000 nuevos empleos. Un dato bueno sería celebrado, pero “bueno” con mesura, no se vayan a poner nerviosos en la Fed y apretar el botón rojo de drenaje de estímulo monetario. Y es que ni los mercados ni las economías están para botones rojos.
Buen día,
Montserrat Formoso Fraga
Directora de Gestión
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