Ayer todo eran buenas intenciones por parte de los inversores. Buen comienzo de la sesión gracias a la lectura de creación de empleos en EEUU por parte de ADP, que reflejaba la generación de 263.000 nuevos empleos privados, muy por encima de los 190.000 esperados.
Más allá de ello y de unos PMI en Europa que registran lecturas históricas, con el PMI compuesto en niveles de 56,4 vs. 56 de febrero y el de servicios 56 vs. 55,5 del mismo mes, ambas lecturas no vistas desde hace más de cinco años, los mercados comenzaron a recibir malas noticias que teñían el parqué de pesimismo.
El primer jarro de agua fría vino por parte de los inventarios de crudo semanales, los cuales registraban un aumento de 1,57 M. barriles vs. la expectativa de recorte de 435.000 esperados, lectura que pesó en los valores relacionados con la materia prima.
Pero el plato fuerte vino al conocer las actas del Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC). Estas, más allá de dejar mensajes de corte dovish, como estamos acostumbrados, reflejaron la preocupación de no saber por dónde empezar a reducir el balance de 4,5 billones de dólares que la Fed tiene en estos momentos. Por si fuera poco, las alusiones a unos niveles históricamente altos en los mercados de valores y la preocupación de varios de sus miembros conforme a los mismos sirvieron de excusa a los más miedosos para deshacer posiciones en renta variable.
En el plano político casi no hay ni que aludir a las incertidumbres existentes. Pues bien, Paul Ryan, líder del partido Republicano en la Cámara de Representantes, afirmaba ayer que las diferencias entre el poder ejecutivo y el legislativo son tales que ponen en duda la posibilidad de llevar a cabo la tan ansiada reforma fiscal.
Hoy los mercados estarán pendientes de la posible tensión presente en la reunión entre el líder estadounidense y su homólogo chino, en la que se tratarán temas relacionados con el comercio y las políticas con Corea del Norte.
Buen día.
Pablo Nortes Planas
Dirección de Inversiones
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