Buenos días.
Como sigamos así, diciembre va a ser un mes de infarto provocado por los bancos centrales. Y es que si a la más que probable subida de tipos de la Reserva Federal le sumamos otra decisión (en cualquier sentido) del BCE, tenemos juego casi seguro. Sólo faltará entonces que Renzi pierda el referéndum o que Donald Trump se enroque si le toca lidiar con una derrota que parece estar buscando motu proprio.
Volvamos a ayer y al BCE, donde todo sigue igual, hoy. No alteran ni los tipos ni el volumen de compras de activos, pero lo verdaderamente importante estaba por llegar. «Súper Mario» negó con rotundidad un final anticipado del QE hoy vigente, así que los «drogodependientes» se quedaron tranquilos. Todo queda supeditado a cómo vea en diciembre el panorama para decidir si hay que prorrogarlo, pero lo que confirmó es que no habrá punto final de un día para otro y que de ser necesario, la artillería pesada no abandonará el frente.
Además de lo de siempre, que son los bancos centrales, hubo tanto de macro como de micro. En lo que respecta a los indicadores económicos, la publicación prácticamente se ciñó a EEUU con buenos datos de venta de vivienda y del leading indicator, aunque no con el regional manufacturero de Filadelfia, que, eso sí, sigue en positivo. En el lado corporativo, la atención sobre la presentación de resultados estaba sobre el sector tecnológico, y concretamente sobre Verizon, que al igual que eBay el día anterior, defraudaba al mercado. Menos mal que el negocio de la nube ha permitido que Microsoft se coloque como el triunfador hasta el día de hoy.
Buen fin de semana.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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